Correo literario

12.03.2018

Autor: Wislawa Szymborska

Editorial: Nórdica Libros

Número de páginas: 170

ISBN: 9788417281182

Valoración: ✰✰✰✰✰

Argumento:

Wislawa Szymborska, tan reacia a hablar de su poesía, llevó durante años en la revista Vida Literaria lo que podríamos denominar un "consultorio de escritores", en el que entre líneas y con esa fina ironía presente en toda su obra, podemos entrever su particular concepto de la literatura.

Este libro recoge las mejores respuestas de la premio Nobel polaca a aquellos escritores que pretendían debutar. La propia Szymborska definía así lo que hacían: "Es una vieja tradición de las revistas literarias. Siempre ha sido necesario responder a algunos autores, sobre todo principiantes, sin escribirles cartas directamente a ellos. Por regla general, se resolvía la cuestión con un breve "no se contempla" o "recomendamos trabajar un poco más el texto". Consideramos que igual valía la pena en algunos casos justificar la decisión". Y continuaba: "Yo intentaba que entendieran cosas elementales, les animaba a que reflexionaran sobre el texto recién escrito, a que fueran mínimamente críticos consigo mismos. Y, lo más importante, los animaba a leer libros. Igual soy una ilusa, pero espero que algunos de ellos hayan conservado esa maravillosa costumbre toda la vida"

Gooseopinión: 

Apenas sabía nada de esta autora, sólo que había ganado el premio Nobel de literatura allá por el año 1996 y como siempre, algún conocido se jactaba de tener en su biblioteca obra de ella. Como siempre que me ocurre esto, suelo echar mano de su biografía y descubro, con gran alegría que además era traductora y ensayista, para ya adentrarnos en la lectura del texto que tenemos entre manos y destapar que estuvo al frente de un consultorio literario en "Vida literaria", una publicación semanal especializada en literatura, que comenzó su andadura allá por los años 50 del siglo pasado.

Fue en 1953 cuando Wislawa entró a formar parte del consejo de redacción de la revista y en 1960 cuando crearon la sección "Correo literario o como llegar a ser (o no llegar a ser) escritor" donde Szymborska junto a otro redactor respondían las cuestiones que enviaban, tanto autores sobre sus obras (para que se las valorasen, en mayor medida) como lectores de la publicación que querían iniciarse como escritores.

Es, pues, este libro una recopilación que muestra esas contestaciones que se estuvieron publicando hasta 1981 (21 años, el tiempo que duró su trabajo en esa sección).

En palabras de la autora esas respuestas son una crítica sincera, clara y directa, en las que solía brillar la sensatez de quien las argumentaba, y donde, tras su lectura, nosotros nos encontramos con su ironía y su ingenioso sentido del humor. También descubrimos su particular forma de entender la literatura y nos asomamos a la vida cotidiana y a la realidad de esa época.

Debe ser complicado decirle a alguien, que está empezando en esto de escribir y que además está confiando en tu criterio enviándote su manuscrito, que no tiene talento y , lo peor de todo, que nunca lo tendrá, pero Wislawa lo hacía, ese era su cometido.

No me cansaré de repetir que es un libro que conjuga de manera magistral el sentido del humor y la ironía de la autora, lo que hace que sea un gozo su lectura. De una manera coherente, directa, sincera en todo momento, denota una seguridad y libertad a la hora de manifestar sus impresiones que se deduce que realmente disfrutaba redactando esa sección.

Pero ante todo destacaría la educación y el respeto hacia los autores con las contestaciones que esgrime, sabiendo (según explica) que muchos de los destinatarios de esas réplicas eran incapaces de entender y comprender el sentido de sus intenciones; lo que en muchas ocasiones le llevó a ser acusada, incluso, de querer "cortarle las alas a los jóvenes talentos".

Las soluciones, o veredictos se suceden a lo largo de las páginas siendo cada vez más ingeniosas y divertidas, lo que me hace llegar a la conclusión que quizá, y solo quizá, una sección de este tipo hoy en día, aparte de alegrarme la semana con su lectura, debería empezar a ser necesaria para pararle un poquito los pies a todos  aquellos que piensan que por el simple hecho de autoeditar o autopublicar un libro ya son escritores de masas.

Podríamos decir, para finalizar, que es un libro que realmente homenajea al oficio de escritor.