Argumento:

Rocío Salazar, mediante sus hilarantes mujeres, nos da un ejemplo de la realidad que todas las mujeres nos gustaría poder decir abiertamente. Desmitificando el rol de la supermujer, nos enseña a través de sus ilustraciones el cómo no depilarse no está reñido con tener la cabeza amueblada. Humor del fino, al cual la editorial lunwerg nos tiene acostumbrados, que tiene en su poder la facilidad de darle una vuelta de tuerca a los tópicos que nos enfrentamos día a día las mujeres.

Gooseopinión:

Me he reído bastante con este "manual". Empiezo a acostumbrarme a este tipo de lecturas, que no es tanto el texto que muestran como la cantidad de texto que tu puedas imaginar en tu cabeza.

Si, ya está bien que podamos decir en voz alta y sin tapujos que no nos gusta depilarnos, que estar en pleno ciclo menstrual no es "estar mala" ni "tener a la prima comunista" ni "estar con el tomate"... es estar menstruando y punto. Ya tocaba decirnos a la cara que da igual que estemos despelujadas, con una camiseta raída y con los calcetines de la nieve tiradas en el sofá comiendo helado a dos carrillos. Somos mujeres, no elementos decorativos.

Somos mujeres de verdad, algunas eructamos, nos tiramos pedos (¡todas! y quien no, que me lo diga ahora mismo) no tenemos que avergonzarnos de cómo somos y de cómo nos comportamos. Nadie dijo que teníamos que ser perfectas ( o sí, claro, de ahí el título que tenemos entre manos)

Este libro trata de callar bocas; de cerrarles el pico a todas aquellas que nos inundan desde infinidad de newsletter corporativas a estar "fina y segura", a tener un cutis perfecto, a estar perfectamente depilada, maquillada y peinada por si viene nuestro príncipe azul.

Queridas, que yo recuerde, Cenicienta sólo pidió unos zapatos para ir a un baile... ¡el resto le vino impuesto! y quien nos dice que Blancanieves no quería estar cinco minutitos más.... Ya está bien de engañarnos... queremos ser nosotras, queremos nuestra libertad de movimiento; y si, yo también he llegado a depilarme el trozo de pierna que se iba a ver debajo de un vestido, y no por cochinería... sino por simple vagancia.

No necesitamos morritos en selfies para saber que somos interesantes, ya nos encargamos nosotras de hacérselo saber al mundo entero. ¡Dejémonos de mitos estúpidos y vivamos la vida, que nadie nació perfecto, y moriremos de la misma manera, depiladas o sin depilar!

Gracias Rocío, por dar voz a "las nerd" del mundo. Aquellas que preferimos estar tiradas de cualquier manera leyendo un buen libro anques que estar contándonos las espinillas o puntos negros que tenemos que reventarnos.