Vuelve Nórdica a sorprendernos con una cuidada edición de un texto ya publicado anteriormente, pero esta vez con un valor añadido, las acuarelas de Eugenia Ábalos que salpican como frescas gotas de agua los ocho capítulos (de breve extensión, pero con una profundidad absoluta) que conforman este ensayo escrito allá por 1836.

Los capítulos están centrados y titulados, por palabras relacionadas con el sentido que Emerson daba a toda su obra y la visión que este tenía de todo lo que le rodeaba, no pudiendo ser de otra manera catalogados en NATURALEZA - BIENES - BELLEZA - LENGUAJE - DISCIPLINA - IDEALISMO - ESPÍRITU - PERSPECTIVA. 

Según vamos profundizando en la lectura de este ensayo podemos deducir que Emerson fue el encargado de mostrar la teoría a su amigo y discípulo Thoreau, y fue este último quien la puso en práctica y experimentó con esta nueva corriente filosófica que aquí se nos presenta y que no es otra que la creencia del individuo en la inmersión y comunicación absoluta con la naturaleza, su contemplación gozosa y mística, modelando y transformando todo en su día a día en lugar de quedarse en la zona de confort.

Si bien la obra es en sí misma un ensayo donde se nos muestra al Emerson más filosófico, incluye una segunda parte compuesta por estos mismos pensamientos (escritos en prosa en los primero 8 capítulos a los que hacíamos referencia antes ) pero esta vez reflejados en poemas (que se transcriben en versión original y cuya traducción es llevada a cabo por Andrés Catalán).

Una vez finalizada la lectura, que da para pensar y analizar durante varios días de todo lo que nos cuenta en ella, no podemos sino manifestar, como opinión personal que ¿es posible que este ensayo sea el germen del que se sirvió Thoreau para llevar a cabo su "Walden"?