Premier "Asesinato en el Orient Express" - Londres

02.11.2017

Crónica del estreno mundial de la película Asesinato en el Orient Express

Nos acercamos hasta el Albert Royal Hall de Londres para contaros de primera mano el gran estreno mundial de la nueva adaptación cinematográfica de la novela de Agatha Christie protagonizada por el detective Hércules Poirot.


¡¡¡ Y llegó el día!! Con las pestañas cargadas de maquillaje (aún) de la cena de Halloween, a las 5 de la mañana arrancamos dirección a la estación de tren de cercanías que nos llevará a la Terminal 4 del Aeropuerto, ahora denominado "Adolfo Suarez", ¡ Con destino LONDRES!

El destino, Editorial Planeta (a través de su sello Booket) y la productora internacional Fox nos ha llevado a poder contar parte de mis peripecias  en este maravilloso evento, a toda la galaxia mundial ( espero no parecer Paco Martínez Soria, por Dios, solo me faltaba eso, tener cualquier percance -de los que suelo tener normalmente- en plena capital británica)

London! There I go!! Prepárense, abróchense los cinturones porque esto no ha hecho más que despegar... Ah, no, espera, que despegamos a las 9:10 a.m., que todavía tenemos que llegar, pagar el billete (en mi estación de tren no les gusta mucho madrugar y han decidido tener las puertas de acceso a las taquillas cerradas, por lo que -transbordo en Atocha incluido- voy a mi destino sin billete), cambiar de tren en la estación de Atocha, llegar al aeropuerto, sacar el billete on-line, facturar maleta (si, llevo maletón, un evento así se merece por lo menos dos mudas Ah, que aún no os he contado qué vamos a hacer, ¿no?. Bueno, paciencia, que esto promete), pasar un control (esta vez no me pillan, voy sin cinturón en los pantalones, así no hay posibilidad de que me retengan para que me lo tenga que quitar al pasar por el arco metálico), control dos (bueno, este es facilito en España, solo miran el DNI y tu cara para ver que coincidan) y et voilá, dentro de la zona de embarque y arrivato a Londres. Uys, que estrés me acaba de entrar solo de contarlo... Pero como dijo Jack "El destripador" (muy bien interpretado por Johnny Depp, por cierto, en la película - que de películas va la cosa - "cartas desde el infierno" , y al que espero ver esta misma noche en la premier...) vayamos por partes y al detalle.

Primer escollo solucionado, pago el billete al llegar al Aeropuerto y voy con tiempo suficiente para tomar un cafetito y un zumito (que el madrugar da hambruna; solo espero que no me siente mal y tenga que des-desayunar rápidamente). Vaya, han puesto máquinas electrónicas para sacar el billete, y a mi los deditos no suelen funcionarme en esas pantallas táctiles, toqueteadas por todo el mundo; mmm, veamos, bien, un amable funcionario me ayuda con el trámite de meter al derecho el DNI en la maquinita ( 7 intentos resoplando el flequillo le hicieron percatarse que no se me daba muy bien el temita).

Control 1. Genial, en este apruebo con nota (recordad que no llevo cinturón, el hecho de que se me caigan los pantalones cada dos por tres no tiene mayor importancia, la juventud los lleva así ahora y no desentonan mucho) mmm, me mira la señorita de arriba abajo y determina que mis botas (¡Por Dios! si las Dr. Martens es lo más británico que tengo en calzado!) no son lo suficientemente dignas para entrar por el arco metálico del control. Ea, mi gozo en un pozo. Querida, a quitarte las botas (botas de caña alta con 8 agujeritos a desacordonar...) .

Control 2. Cuarto de hora después de mi odisea con las botas paso por el control de policía, muy segura de mi misma y mi DNI (si, tuve que enseñar el DNI, ese en que la foto parece que Ross se ha comido a Ross y motivo por el que suelo dar el cambiazo por el de conducir, que es en el que estoy monísima de la muerte ya que la foto es reciente) y claro, entre el color de pelo (quien me iba a decir a mi hace una semana, cuando el demonio no tenía nada que hacer y decidió que era buenísima idea cambiarse el rubio de toda la vida por un rojo caoba brillante, que tendría que volar de nuevo a Londres en breve...) y los cambios físicos de los últimos años, pues el sr. policeman decide que no soy yo la de la foto. Ea, a dar filiación completa para comprobar datos... Otros veinte minutos haciendo tiempo hasta que decide que si, que la Ross del carnet de identidad es la que tiene intención de volar a Londres y no hay engaño en la personalidad (genial, menos mal que voy con tiempo de sobra. Qué bueno es ser previsora - o saber de antemano que seguro que algo pasa fijo- )

¡¡Prueba superada!! Son las 8:25 a.m. y ya estoy enfrente de mi puerta de embarque con un flamante cartel que pone "MADRID - LONDON hrs. 9:10" (Bueno, igual pone MDR - LHR, pero así no os ibais a enterar mucho, mejor mi explicación)

Ahora si que si, ahora ya puedo decir que voy asistir a la Premier Mundial en Reino Unido de "Asesinato en el Orient Express" dirigida por Kenneth Branagh (si, el de Shakespeare, el de "Mucho ruido y pocas nueces", el de "Frankenstein") e interpretada por él mismo junto a Michelle Pfeiffer, Derek Jacobi (ains, "Yo, Claudio"), Judi Dench, Olivia Colman, Johnny Depp, Daisy Ridley, Josh Gad, Willem Dafoe,, Leslie Odom Jr. Tom Bateman, Marwan Kenzari, Miranda Raison, Adam García y Penélope Cruz.

Pero antes de que eso ocurra tengo por delante algo mucho mejor que estar en la alfombra roja rodeada de celebrities.

Editorial Planeta, junto a la productora Fox, nos invita a subir al mismísimo "Orient Express" y conocer y entrevistar en exclusiva al bisnieto de Agatha Christie, James Prichard, que ha participado en la producción de la película. Esto será en torno a las 13:00 hrs. de la hora local en Londres y después de habernos mostrado (y poder admirar y tocar) la máquina de escribir original de la mismísima Sra. Christie. Mis nervios están de punta, como podéis imaginar (supongo que a cualquier lector voraz un plan así le debe parecer maravilloso, y si no es así, a mi me lo parece y voy como chiquillo antes de la noche de reyes) aunque llevo tiempo suficiente para poder relajarme y darle un repasito a las preguntas que tengo preparadas (detalladas, concisas y muy, muy meditadas -una no sabe cuando va a volver a tener una oportunidad de esta envergadura) y a repasar mentalmente el itinerario que tengo que seguir en cuanto aterrice en Heathrow.

Oh My God!! I can't believe it!!! (para los no angloparlantes, ¡ oh, dios mío! ¡ no me lo puedo creer!) acaban de cambiar el cartelito que ponía que el vuelo salía a las 9:10 y ahora en la pantalla indica lo que cualquiera que tenga un horario previsto a la llegada de su destino se niega a leer : DELAYED.

Nos han retrasado el vuelo una hora ; una amable señorita (que según fue pasando el tiempo dejó de serlo) nos comenta a todos los que hacíamos fila para embarcar que, por inclemencias meteorológicas  en Londres, el vuelo se veía obligado a retrasar su salida una hora. (Vamos a ver, mi teléfono de ultima generación dice que el tiempo en Londres en este preciso momento es de 14ºC, algo nublado, ¡ qué me está contando esta señora!) En fin, que, aún así, sigo yendo en hora, non ti preocupare. 

Veinte minutos más tarde, cuando quedaban apenas 10 para embarcar de nuevo, el puñetero cartelito se vuelve a modificar, siendo ahora el tiempo aproximado de embarque (la no tan amable señorita ya no garantiza que esa sea la hora del vuelo) las 10:40. En este momento empiezo a ponerme algo nerviosa... Vamos a ver, yo soy de letras, por lo que a veces casi tengo que contar con los dedos. Dícese, que si el vuelo sale a las 10:40, tiene una duración de 2 horas y 25 minutos, se supone que estaríamos llegando a la capital británica, aproximadamente y con el cambio de hora ya tenido en cuenta, sobre las 12:05, more or less (más o menos); bueno, la cosa no pinta tan mal (¡bendita inocencia la mía!), el plan me lo trastoca un poco y en lugar de ir al hotel a dejar los bártulos voy a tener que ir directamente a la estación de St. Pancras (lugar del que parte el Orient Express) con la maleta (mira tú por donde se acaba de materializar mii visión de mí misma cual Paco Martínez Soria llegando del pueblo a la gran ciudad) pero bueno, yo soy una chica con recursos y puedo caminar, (recorriéndome  medio Londres) digna, empujando mi maleta de color rosa adornada con flores hawaianas (si, está así a propósito, solo falta que me lleve una maleta que no sea mía al recoger el equipaje) .

En fin, que respiro hondo, y mando whatsapp informativo con mis cambios de planes a todos los miembros implicados, en esta que empieza a ser mi odisea particular, dícese: al frikiboy (para que esté al tanto), al contacto de la editorial planeta, al contacto de la Fox en Londres (que me esperan a la primera hora acordada de aterrizaje) y al hotel para notificar mi llegada más tarde. Tenemos la suerte que el contacto de la Fox es un encanto y en todo momento se preocupa de como se va desarrollando mi periplo con los aviones porque ¡¡ resulta que son las 10:40 y aquí no embarca ni el tato!!

Siendo las 11:35 (hora local en España) y con dos horas y media de vuelo mediante, ya doy por perdido cualquier atisbo de llegar a tiempo a poder subirme, con el resto de pasajeros llegados de todas partes del mundo, al famosísimo Orient Express, y mucho menos entrevistar al bisnieto de mi querida y admirada Tía Agatha. (si, te queda lo mejor, pensareis, ver en exclusiva - y antes que nadie - la película y poder estar codo con codo con montón de nominados a los Oscar. Si, bueno, es un aliciente, pero creedme que la ilusión de este viaje era poder preguntarle directamente a la cara y mirando a los ojos al bisnieto de la mejor escritora de novelas de misterio que existe... cual es su libro favorito de todos los escritos por su bisabuela) Pero bueno, parece que esto comienza a moverse... Con cierta decepción por parte de la organización de los vuelos en España ( Iberia, pienso reclamar ¡ qué lo sepas! ) London, there I go!! (haré lo que se pueda)

ATERRIZANDO EN LONDRES

Mi última conexión con el contacto de la productora Fox - Olivia (lovely woman) - fue justo antes de despegar y concretamos que según llegase a Londres me comunicaría con ellos -puesto que el evento ya habría empezado- y mandarían un coche para recogerme en el aeropuerto y llevarme, lo más rápido posible, a la estación para acoplarme a ellos y poder, mínimamente, hacer la entrevista 

La llegada al aeropuerto no pudo ser más desastrosa que el embarque. Para empezar, la maleta no salía por donde tenía que salir (¿por qué he tenido que meter tantas cosas? -mi inseguridad hace que lleve varios cambios de ropa para el evento nocturno -, el portátil, la plancha del pelo  ¡pero si tienes 4 pelos después de la última visita al salón de peluquería, Ross! , y un sinfín de cuadernos y libretas.)  y otra media horita dando vueltas por el aeropuerto... ¡Yupi!

Una vez recuperadas mis pertenencias (mi tesoro, mi amor...) resulta que en la pantalla de mi móvil sale el siguiente mensaje: "solo emergencia". ¿Cómo que solo emergencia? ¿Te parece poca emergencia que son las 12:55 y aún estoy en el puñetero aeropuerto? Bien, Ross, respira. Nada de perder la calma, eres toda una profesional y ya has volado sola a Londres una vez (si, claro, del aeropuerto al O2 a ver a los Monty Python y del O2 a casa - sin pasar por ningún otro tipo de casilla)

Como buen aeropuerto internacional que se precie, debe tener WiFi, así que, nada de perder los nervios, siéntate, respira y conéctate a ese WiFi a ver qué leches está pasando y avisar a todo el mundo que has llegado a tu destino. Bien, pues una vez conectado al WiFi, la compañía telefónica me indica que igual puedo estar sin roaming durante 24-48 horas puesto que no lo tengo configurado, que a ellos plin pikolin si estoy en Londres o en mi casa tirada en el sofá.

Reviso la manera más rápida de llegar a St. Pancras  (cogiendo el Heathrow Express) que  me llevaría hasta Paddington y de allí un metro hasta la estación con una duración estimada de 52 minutos... (puf, imposible, me digo, el evento empezaba a la una, cuando quiera llegar, llego para decir AMEN, o "let it be" como dirían aquí). Llamo a la Fox directamente para hablar con Olivia y ver si sigue en pie la opción de que vengan a recogerme en coche y, calculando el tiempo que tardarían en llegar y llevarme de vuelta se nos iría otra hora, por lo que, muy muy a mi pesar (creedme si os digo que se me saltaron dos lagrimones) la mejor opción es recoger trastos e ir directamente al distrito de Mayfair, donde queda ubicado el hotel que aloja a todos los miembros que van a asistir esa misma tarde al la Premier en el "Royal Albert Hall" (el sitio donde se iba a celebrar el acto aún no lo sabía de haberlo sabido el trayecto hubiera sido un poco más alegre) y que ahora mismo están disfrutando, de manera distendida, sin cámaras ni prensa, de la compañía de los protagonistas de la película (casi al completo) y de James Prichard. Sin datos en el móvil, con la maleta a cuestas y habiendo perdido con todo el trajín mi pulsera de actividad de ejercicio, cojo la línea azul oscura de metro, destino Picadilly Circus y me entretengo en ir contando y viendo pasar las paradas que hay hasta llegar a Green Park que es donde yo me bajo.

Hecha a la idea de que lo único que me quedaba por hacer era disfrutar de la Premier y de las comodidades que me brindaba el hotel "The May Fair" situado cerquita de Picadilly Circus, al ladito de Hyde Park, con una habitación espaciosa para mi solita (y todos mis trastos que enseguida replegué) gracias a la disponibilidad de Fox, enseguida me aclimaté a Londres.

Investigué por toda la habitación (era la hora de comer, el hambre azuzaba mientras me preguntaba que sería lo próximo que me podía acontecer cuando tuviera que pedir la comida - mi organismo es muy particular con según qué alimentos - ) para dar con el teléfono del room service (que no estaban los ánimos para salir a comer fuera) y después de pegarme (literalmente) con una centralita que había encima de la mesa y poder pedir un wrap (sin trigo, sin lactosa, sin gluten ni frutos secos ni trazas.., please,.. thank you.) me di cuenta que en la mesilla de al lado de la cama tenía un teléfono "de los normalitos" con línea directa a la cocina (bien, estos inglesitos complicándolo todo, como siempre)

No os podéis hacer a la idea de lo que era esa habitación ¡modermain! Ducha y bañera separadas (en la misma estancia) con radio WiFi y Bluetooth con conexión directa a Spotify. Una cama de 2x2 con 4 cojines, de esas que en cuanto la ves te entran ganas de saltar encima cual Macauly Culkin en "solo en casa". Poco a poco parece que se me iba pasando el malestar y la mala leche (igual la copa de vino que me tomé con la comida tuvo algo que ver y sirvió de ayuda)

Entre bocado y bocado, poner al día las redes sociales, informar de mis avances y demás avatares del día, empieza a llegar la hora de prepararse para la premier. 

La productora ha dispuesto un reservado, para todas las personas que vamos a asistir a la proyección y que nos encontramos alojados en el mismo hotel, en el Lounge Bar, y la idea inicial es que partamos todos juntos en taxi hacia el Royal Albert Hall (unos 20 minutillos de trayecto desde la zona en que nos encontramos, tráfico mediante). Para quien no lo sepa, el Royal Albert Hall es una sala de conciertos en Londres, uno de los teatros más transcendentales del mundo y una de las construcciones más distintivas del Reino Unido, por lo que, para mí (amante de los edificios icónicos y la arquitectura) poder estar en su interior se me hace uno de los mayores placeres visuales y sensoriales que se pueden tener.

Después de decidir cual de los modelos que he traído es el más acorde para la circunstancia (un look serio de vestido contra un look casual - consensuado y aprobado por la familia) me decanto por un simple vestido amarillo con mallas negras (espero que el hecho de ir ataviada con ropa amarilla no tenga nada que ver en cine con la superstición de este color en un estreno teatral) con unos taconazos de vértigo fucsias (que tienen todas las papeletas de hacer que me caiga persiguiendo famosos por la alfombra roja) a las 17:30 (con puntualidad británica, que para eso estoy en la capital) hago mi entrada triunfal en Lounge Bar del hotel. Lo que me espera allí es digno de ver, parecía que iban a aparecer en cualquier momento los actores de la película, copas de Moet Chandon para todos los asistentes, unos sillones totalmente apetecibles y... nadie.

Ya me había puesto en lo peor - que me había confundido de hora, que me había confundido de sitio - cuando, velozmente, un camarero (el mismo que se acercó hasta tres veces para llenarme la copa) me indicó que el resto de asistentes se iban a retrasar unos 5 min (porque habían llegado justos de hora de la actividad matutina) pero que la compañía Fox estaba agradecida de que hubiéramos ido a cubrir el evento y que lamentaban enormemente el incidente de los vuelos y el hecho de que me hubiera perdido todos los acontecimientos de la mañana.

En ese momento me hace entrega de una bolsa (con el logotipo de la Twenty Century Fox, que para quien no me conozca a estas alturas he de aclarar que sólo la bolsa ya es el mayor de los obsequios) con la edición inglesa, que Harper Collins Books ha preparado exclusivamente para la premier, de Asesinato en el Orient Express, cuya portada es el cartel publicitario de la película; un A4 plastificado a todo color con el reparto completo del film  (de haberlo sabido me lo hubiera llevado a la premier para no perderme con ninguno de los protagonistas), una caja "edición exclusiva conmemorativa" de bombones belgas (chulísimos, porque los bombones llevan el bigote de Poirot) la entrada en exclusiva para poder acceder a la proyección de la película, una postal con una fotografía de una jovencísima Agatha Christie (cortesía de "Agatha Christie Limited" - empresa presidida por James Prichard desde 2005- ) y el pase y tarjeta identificativa - con mi nombre - que me abrirá todas las puertas que necesite y sea preciso una vez dentro de la alfombra roja.

Sin tiempo apenas para poder disfrutar de tan estupendos presentes, puesto que los taxis nos apremian en la puerta, nos dirigimos, con más nervios que otra cosa, a cubrir en exclusiva la premier mundial de la presentación de la película. Me aguardan 4 horas de poder compartir ubicación, y respirar el mismo aire, con Michelle Pfeiffer, Jhonny Depp, Kenneth Branagh, Derek Jacobi... ¡Pero claro! ¿Para que iba a llegar yo a tiempo a algún sitio? A mitad del trayecto, cuando llevábamos  15 minutos recorriendo las calles de Londres (ya iluminadas - pero sin encendido todavía - con vistas a la próxima Navidad) indican al taxista que nos hemos dejado en la puerta del hotel a una de las representantes francesas, por lo que, sin poder hacer nada al respecto, vuelta de nuevo al hotel. Significado de este percance: accedemos al evento 40 minutos tarde (de nuevo).

Ea, pues allí que nos suelta. Como el evento llevaba casi una hora los alrededores del Royal Albert Hall estaban rodeados de gente que asistía en calidad de público a la proyección. Como pudimos nos abrimos paso entre la multitud para encontrarnos a los pies de la alfombra roja con Olivia, nuestro contacto en Fox, que nos indica que a partir de ese momento somos libres de hacer lo que creamos oportuno. Ella tenía que atender asuntos de prensa y medios de comunicación por lo cual, hete allí, que después de varios trompicones sin llegar a ser caída, me veo delante de una marabunta de gente, fotógrafos, periodistas y cámaras de televisión, sola ante el peligro.

Para que os hagáis una idea de cómo estaba distribuido todo el tinglao os pongo en situación: 

Imaginad que estáis de frente a la entrada de las escalinatas del Royal Albert Hall, pues a vuestros pies y pisándola estáis encima de un alfombrón rojo carmesí con el título de la película en letras doradas (desde aquí es donde se hacen las fotos "oficiales" que después saldrán en todos los medios de comunicación y en las revistas; por decirlo de alguna manera es el primer photocall oficial antes de posar con los patrocinadores y productores del evento a la espalda) -obviamente y por razones logísticas aquí no podíamos detenernos, por eso no hay documento gráfico. 

A ambos lados del "paseíllo" hasta llegar a las escaleras que dan acceso al interior del recinto, y tras las vallas - custodiadas por antorchas de fuego, cual época clásica se tratara- están todos los periodistas acreditados para entrevistar y hacer fotografías a aquellos actores que se presten a ello (esto lo descubrí después, lo de que había algunos que sí se acercaban a hablar con ellos y otros que directamente solo posaban para la foto oficial)

Justo delante de esas vallas, es decir en todo el meollo del asunto, por los lugares donde transitaban, esperaban y departían el famoseo de turno, era donde tenía que situarme, lo que me daba alcance total a hablar con quien quisiera (hacerlo conmigo, obviamente)

Como ya os he dicho antes, no me embargaba mucha emoción el estar aquí (las aglomeraciones en general no me gustan, no disfruto con mucha gente alrededor y, aunque parezca lo contario, no se moverme en ese tipo de eventos). Al haber llegado tarde, los pesos pesados ya habían hecho entrada triunfal al recinto, dícese Judi Dench - que fue la primera en entrar junto a Derek Jacobi - así como Michelle Pfeiffer, que la vi de espaldas según se retiraba por uno de los accesos de entrada. La gente estaba emocionada con poder ver a Johnny Depp, a Penélope Cruz, y yo, ahí plantada pensando qué se me había perdido en aquel lugar..

Grabé un par de videos de la gente que accedía cual toro entrando a los cuchitriles de San Fermín, hice un par de fotos del ambiente e intenté situarme en algún punto estratégico que pudiera darme una visión global donde acceder al resto de protagonistas que quedaban por entrar - me había fijado en una esquinita, que era justo donde terminaba la ristra de reporteros y donde "descansaban" un par de minutos los actores antes de subir a entrevistarse con la presentadora de la gala ; ya que estamos hablando que era una Premier Mundial lo más lógico es que hubiera una especie de retransmisión en directo a todo el mundo (desconozco si esto era así, pero desde luego, había una señorita entrevistando a todos los actores antes que estos entraran al teatro)

Lo dicho, que iba yo tan decidida para allá cuando me doy de bruces con un tipo algo más alto que yo, rubiales, que me sonríe y me dice "sorry" (ah, se me ha olvidado mencionaros que a estas alturas de la película -no la película que íbamos a ver, no, mi película particular-  Vodafone seguía sin haber solucionado mi problema de roaming, por lo que mi mayor preocupación era también ver de qué manera iba a enviar mis mini-crónicas y las fotos que iba sacando); el caso es que el susodicho rubio se gira,  me digo … "coñe, Ross, a este tío tu le conoces¡Joer, y tanto! La de veces que habré visto la inauguración de los JJ.OO de Londres 2012 solo por verle recitar a Shakespeare.

Si, señores, la Ross se tropezó y se llevó por delante (¿o fue al contrario?) al mismísimo Kenneth Branagh, a la postre, director y protagonista de la película. Eso si, enseguida vino su representante (que no guardaespaldas - esos serían otros que a su debido tiempo contaré- ) y se le llevó un poco más adelante para que siguiera con la ola de reporteros que le asediaban. Al darme cuenta de la oportunidad que tenía frente a mis ojos, tranquilamente (bueno, con un poco de tembleque en las piernas y no debido, o si, al taconazo de las sandalias) me acerqué al representante mientras Kenneth (si, ya le tuteo, es lo que tienen que te plantara dos besazos) seguía con su pasacalles particular de reporteros y le pregunté, amablemente, si podía sacarle una fotografía (al actor, no al representante). Este ( el repre, que en el fondo parecía muy buen tipo, y aguantó todo lo vino después estoicamente) me indicó que "tenía que atender a la prensa (Kenneth) y que si acaso en otro momento" justo en el instante que Ken se estaba girando hacia nosotros preguntando cual era el problema;  ahí salió mi flema desvergonzante (que creía que yo no tenía de eso) y le dije (a Kenneth) que si tenía algún inconveniente en tomarse una fotografía.  Muy amablemente y sin perder en ningún momento la sonrisa dijo que "of course" y na, ahí tenéis el selfie de la Ross con el Branagh. Contenta y feliz como estaba,(se me contenta con poco) pensando que era lo máximo que iba a conseguir (el representante le apremiaba a que siguiera con los reporteros) ¡Keneth Branagh empieza a preguntarme a mi! que de dónde soy, qué para qué publicación es... y bla, bla, bla... (no más de tres minutos, eh, no os penséis que pasé toda la noche de cháchara con él). A todo esto (mientras yo estaba flotando entre las nubes cual Heidi) los fotógrafos seguían llamándole, puesto que se había salido del recorrido acordado con la producción para atenderme ¡a mi! ¡ y con su perfecta dicción británica y su vozarrón les dijo "que estaba atendiendo a la dama, que no había prisa y que enseguida seguiría con ellos..." (Puf! el subidón que me entró fue chico, vaya) Gracias a eso ya me sentí como la reina del mambo y podía acercarme a cualquiera de los actores que pisaran cerca de mua.

Tras Kenneth hizo entrada Leslie Odom jr. De estas entradas me enteraba, antes de verles, por el griterío de la gente que se agolpaba tras las vallas con carteles y montones de cámaras de fotos para plasmar el momento (cosa que yo nunca he entendido, no se, digamos que lo veo algo exagerado; si, vale, salen en la tele y en el cine y tal, pero al fin y al cabo comen por el mismo sitio que yo) en fin, que le pido fotografía también y sin problema... (he de confesar que a este no le conocía, es más ni siquiera tuve la deferencia de buscar anteriormente alguna referencia... mal por mi, i know)

Le sigue Josh Gad, que si, a este si que le conozco de verle actuar en "la bella y la bestia" y en "Pixels" (foto para mis nenas que enseguida que la vieron supieron de primeras quien era) igual de amable que los anteriores pero sin tiempo para poder hacerle siquiera una pregunta.

Llevaba preparadas un par de preguntas tipo: cuál es tu libro favorito, o qué libro te estás leyendo actualmente, para aderezar la crónica un poco (y dado que eso es lo que tenía que haber hecho en la programación de la mañana, albergaba la pequeña esperanza de poder realizarlo aquí) pero que va, imposible hacer algo más que no fueran fotos.

Estar allí era una locura, todo el mundo llamando a todo el mundo, gritos por todos los lados (sobre todo cuando hacían acto de presencia los actores más conocidos) un poco de desorganización por parte de lo que no era el grupo de actores realmente. Andábamos mezclados todos con todos. Yo seguía como pollo sin cabeza intentando buscar una manera menos peligrosa de poder llevar a cabo mis intenciones, pero no había forma..

Entre tanto, seguían entrando los invitados por una fila custodiada de vallas y por otro lado los actores de la película atendiendo a la prensa y a los fotógrafos. No había nadie que indicara cómo, o dónde colocarte, o que poder hacer... así, a la aventura (en este punto - y si has llegado leyendo hasta aquí, gracias - tengo que aclarar que es la primera vez que asistía a un evento de tal envergadura, que los actos de presentaciones de libros que cubro siempre están o han estado perfectamente coordinados); tampoco es que me fuera tan mal (había besado a Kenneth B.) pero quizá si echaba de menos una mano amiga al lado haciendo fotos mientras yo intentaba hablar con los protagonistas (es que el show era pa' verme: con los tacones - que no precisamente se me da bien - , el bolso - de mano, no era plan de llevar una mochila - , el móvil en la otra mano - recordad, sin datos, con dos baterías externas para no quedarme tirada - pues eso, que debería parecer cualquier cosa carente de glamour; y dando gracias que el tiempo acompañó y no llovía ni apenas hacía aire, por lo que los pelos estaban más o menos controlados, ah, y pendiente que la señal WiFi de British Telecom, que había pillado abierta no se fuera al garete)

Seguimos al lio, el subidón del Branagh ya se me había pasado un poco y me hacía eco de todo lo que estaba aconteciendo a mi alrededor, cuando capto que llevo un rato sintiéndome observada por un tipejo delgaducho, pelirrojo, con barba de cuatro días y un abrigo largo de algo parecido a pelo azul (vamos todo un personaje). Recién acababa yo de terminar de estar sacándome fotos con Daisy Ridley 

(guapísima, altísima, delgadísima, encantadora la tía... vamos, una envidia de mujer!) cuando el hombrecillo del abrigo azul sigue mano a mano conmigo. Yo, que soy de susto fácil, me retiro disimuladamente y al mirarle (para quedarme con su cara por si me podía pasar algo; cuidao, en un sitio donde lo que más hay es seguridad) me mantiene la mirada con unos ojillos interrogantes (esos ojitos que dicen ¿y conmigo no te vas a sacar una foto? ¿ni siquiera soy digno de que me hagas una foto a mi solo?). Muy segura de mi misma, doy melenazo al viento y sigo en busca de protagonistas de lo que he venido a cubrir; De repente, una de las chicas francesas que están en la misma tesitura que yo (buscando a quien abordar) y que conozco del cóctel previo en el hotel, viendo como nombran por megafonía a "Mr. Willen Dafoe", me da un codazo y me dice "mira, el tío que te perseguía es el malo de Spiderman" ¿Comorrrrrrr !!!!! Ojiplática de nuevo me quedé. ¡¡¡ Cómo no reconocí a Dafoe!!, pues muy fácil, yo iba hecha a la idea que era un tiarrón, de esos que deben impresionar nada más verle, musculado, alto, potente, vaya... ¡ y que va! para nada, es flacucho y muy poca cosa (ojo, me refiero físicamente en ese momento ¡eh! -¿ es posible que estuviera grabando alguna peli y por eso esa caracterización? - quién lo sa?) pero un pedazo de actor como la copa de un pino.

Tirón de pelos después (no me dio tiempo a lamentarme más puesto que se echaba encima la hora de entrar al espectáculo final) al girarme, resulta que está entrando, más rápido que despacio, Johnny Depp. Oh my god! Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Agazapado entre guardaespaldas (de los que empujan si te acercas más de lo que ellos piensan que es el perímetro de seguridad) allí se encontraba el protagonista infinito de las pelis de mi querido Tim Burton. El protagonista de "jóvenes policías" con el que tantas carpetas de instituto forré con su cara. Mi amado Gilbert Grape. Depp, el Depp de "Piratas del Caribe" y "Sweeney Tood" . El mismo Depp que no nos dirigió ni una mísera mirada - las malas lenguas españolas, que no las británicas porque he constatado el dato y a ellos no les consta como tal, dicen que fue ebrio al estreno, que lo tuvieron que sujetar los asistentes que lo acompañaban.- Desde mi experiencia y viéndole cara a cara no puedo afirmar que estuviera borracho, sí que entró en plan divo y que no paró para nada, que estaba demacrado, con un corte de pelo que para nada le favorecía y ¡ qué leche! tampoco es pa' tanto. Ea, ya lo he dicho, ya me he quedao' a gusto- .

La foto se hizo de extranjis y de la mejor manera posible puesto que nos tiraron para un lado para que nada interrumpiera el tramo final hasta la entrevista. Pisándole los talones al Depp, y quedando apenas 5 minutos para el estreno mundial, apareció cual diva de Hollywood la de Alcobendas (no es que le tenga tirria a Penélope Cruz, pero viendo las artistas que hay en España, y no me voy a poner a dar nombres en este caso, no entiendo nada lo de esta muchacha y su carro de fama, lo siento, no es santo de mi devoción, pero un pequeña esperanza de que los rumores que se decían de ella fueran mentira si que albergaba mi inocente corazoncito) enfundada en un vestido negro de pedrería (esto ya lo habréis leído en las revistas del corazón) paseó por toda la alfombra y al llegar a nuestra altura (esta es la mía, es de casa, cómo no me va a atender, además le voy hablar en español, y todo el mundo sabe que en el extranjero los del mismo pueblo hacen piña) con unos aires de superioridad, que ni Trump, dijo que nada de fotos, que nada de entrevistas, que nada de mirarla (casi) y yo con mi móvil medio de lado tomé una (antes de las palabras) y enseguida me vino uno de sus acompañantes a decirme que si no había escuchado lo que había indicado la señorita Pe (realmente dijo Mrs. Cruz, pero me niego a tener respeto por alguien así, sorry), suerte la mía que la había hecho para mandar por whatsapp en lugar de dejarla en la memoria del móvil. pero el tío me hizo enseñarle las fotos... Incredibol, en serio no podía imaginar algo así...

Total, que la aventura de la alfombra roja tornaba a su fin... ya habían entrado todos, ya había hecho lo que me habían dejado hacer (supongo que poco para todo lo que yo esperaba que podía dar de sí este espectáculo) por lo que en esos momentos tocaba relajarse y disfrutar de la película. Se me han pasado casi la mayoría del resto de actores del rodaje, pero creedme, y os vuelvo a repetir, eso era la locura padre. Gente por todos lados, y yo que solo soñaba con cruzarme con Benedict Cumberbatch (el mejor Sherlock) y traérmelo a casa...

Es impresionante ver el Royal Albert Hall por dentro... Una pasada verlo rebosar de gente. Toda una experiencia que tardará en quitarse de mi retina... no tanto como la película, que sin hacer spoiler ni una crítica (puesto que esto no es la crítica de la película sino la crónica de su estreno) yo esperaba encontrar algo más sustancioso (si alguien quiere debatirla conmigo, no tengo problema) pero aún así, ver la película antes que nadie, en versión original, con los protagonistas pululando por la zona, es digo de disfrute y así hice.

Durante las casi dos horas que dura repasé mentalmente todo lo vivido ese día y me sentí (aún me siento) afortunada y una privilegiada por haber tenido la oportunidad de asistir a tamaño sarao. También me dio tiempo de comparar el guion cinematográfico con el libro (releído para esta ocasión a propósito, ya que Asesinato en el Orient Express fue una de mis primeras lecturas) y si bien no puedo comparar con la versión que se hizo en 1974 y que sirvió para ser nominada en 6 ocasiones a los premios Oscar -siendo galardonada con dicho premio, y por el papel que interpreta Penélope Cruz en esta versión, la magnifica Ingrid Bergman- si bien no sigue al pie de la letra la magistral obra de Agatha Christie teniendo parte del argumento nada que ver con la obra, con nuevos elementos no reflejados en el libro, no podemos obviar que Kenneth Branagh hace una buena labor interpretativa dando vida al jocoso detective belga Poirot. El resto de protagonistas, debido a como está guionizada la película, pasan más bien sin pena ni gloria por la pantalla, desvelándose el misterio muchísimo antes de la finalización del pase de la misma, cosa que hace que el final sea un poco tedioso, aunque respaldado por la magnífica fotografía y escenarios donde se ha ambientado el rodaje de la misma, te quedes embelesado en el cine. (esto es totalmente una opinión personal, que no deja de ser la primera impresión que llevé, queda todavía, por mi parte, volver a verla, esta vez doblada y en casa-cuando me refiero a casa, me refiero a España, en un cine, no os penséis que tiro yo de pirateo- y rodeada de personas con las que poder comentar libremente mis piradas de olla en cuanto a opiniones cinematográficas se refiere)

Obviamente, entiendo que ha quedado claro que prefiero mil veces el libro a la peli (tranquilos me suele suceder con todas las películas que veo guionizadas, acabo sacándoles punta por donde no hay y afirmándome a mi misma - e intentando convencer al resto de la humanidad- que donde esté el libro que se quite la película)

Terminada la proyección toca la vuelta al hotel (sin previsión por parte de nadie) que en un primer momento se plantea andando (40 minutos de na) pero viendo mi inestabilidad con los tacones, el subidón de todo lo acontecido y el cansancio acumulado del día (me había despertado a las 5 de la mañana) opto por subirme al primer taxi libre y volver a pedir algo de cena para poner en orden todo lo que bulle por mi cabeza. 

No se si por falta de coordinación (o porque no tocara realmente) al día siguiente me enteré que hubo fiesta post estreno (si yo estaba invitada, lo desconozco) solo sé que a las 7:00 hrs, cuando sonó el despertador, volví a pellizcarme para darme cuenta que no había soñado todo lo que había vivido el día anterior, que no estaba soñando que aún tenía por delante una mañana entera para mí sola por el centro de Londres, y que aún no se había resuelto mi incidencia con Vodafone ya que seguía sin datos móviles pero si con el WiFi del hotel.

DIA LIBRE POR LONDRES

Bien, señores, seguimos sin roaming con Vodafone. Gracias al WiFi del hotel puedo mandar las últimas fotos, los últimos videos y seguir poniendo al día mis andanzas por la tierra de Shakespeare (si, lo se, soy una pedante además de cansina, que le vamos hacer, pero os aseguro que en el fondo se me acaba cogiendo cariñito)

Apaño todos mis enseres de vuelta a casa (a ver, cómo narices -si aún no he comprado nada- mi maleta, que pesaba 13 kg cuando salí de Madrid pesa ahora la no desdeñable cantidad de 17 kg) Me parapeto con mi gorro (en cuanto llega el frío es lo mejor para mis orejas) y me bajo a preparar el check out, tomarme un buen desayuno inglés (té y huevos, que es lo único que creo que va a admitir mi estómago) y leer tranquilamente junto al ventanal del hotel el Financial Times (que rápido me podría aclimatar yo a la vida británica)

Dejo en consigna la maleta (porque no es plan de pasearla de nuevo por medio Londres) y relajada ya, sin el estrés del día anterior, no me planteo nada, dejaré que mis pasos me guíen.

Oh, my god!! (again, si, otra vez) ahora no me funciona tampoco la WiFi del hotel (¡¡¡pero esto que es!!!) Me acerco a la señorita encargada de los desayunos y, entre ambas, desarmamos mi móvil a ver qué carajo le pasa (horas después, ya en el aeropuerto y poniéndome al día en Facebook, resulta que sobre las 8 / 9:30 (hora local) ha habido una caída masiva del servicio de whatsapp en el Reino Unido, menos mal que para entonces yo estoy lejos del hotel y lejos de la muchacha a la que le dije que seguro que me habían desconectado el WiFi por haber hecho el check out). 

Bien desayunada, con un clima apetecible, me paseo cual pretty woman por Regent Street, (sin bolsas, eso sí) llego a Trafalgar Square, y me dedico a mirar a mi Big Ben lleno de andamios (ya no se puede escuchar su característico sonido al dar las horas, está en reparación) entrar a mi querida National Gallery para admirar "los girasoles" de Van Gogh para terminar sentada en un "Pret a Manger" tomando un café viendo la vorágine de los trabajadores londinenses un viernes por la mañana (pettit pleasures que tiene una) intentando no parecer muy guiri a la hora de hacerme a mí misma fotos con escenarios emblemáticos detrás

.Entre medias (y como buena friki que soy) la tienda de M'ms, la tienda de Lego... Ains, la mañana se pasa plácidamente con una temperatura de 18º al sol (que ha salido) paseando por Green Park, Hyde Park (buscando las ardillas, pero hay demasiados chiquillos como para que estas bajen de los árboles). Me permito el lujo de pasear por las calles del Burlington Market, donde todas las tiendas respiran ya ambiente navideño. Paseé entre las decenas de librerías que existen en las calles de Londres, todas ellas con "Murder on the Orient Express" en sus escaparates. Ediciones nuevas, ediciones promocionales de la película, ediciones antiguas... Desde luego saben cuidar a sus escritores.

No me da tiempo a acercarme a mi querido Covent Garden, ni a ninguno de mis mercadillos favoritos, Brick Lane & Camden & Borough; tampoco paso en esta ocasión por Baker Street 221B, pero me prometo que no voy a dejar que pase otro año sin volver a pisar suelo británico..

Tentada estuve de correr hacia St. Pancras y meterme de lleno en la "Harry Potter's Store", pero mi VISA me advertía en el bolsillo, así que, enfilé de nuevo para el subway y, teniendo cuidado de no introducir el pie entre metro y andén (Mind the Gap - que para quien no lo sepa tiene una curiosa historia - ) volví de nuevo a Heathrow, cruzando los dedos para que esta vez el vuelo no tuviera demora. Atrás quedaron mis nervios, mi estrés y mi no saber qué hacer ante la perspectiva que tenía delante, y a toro pasado, creo que no lo hice tan mal, todo puede ser mejorable, desde luego, pero, espero que en el futuro, si se me brinda de nuevo la oportunidad, Ross come back!!!

Por cierto! Una vez en el aeropuerto me enteré que todos los protagonistas de "La liga de la Justicia" (incluido Henry Cavill) estuvieron paseando por la mañana en el centro de Londres a la espera de aparecer por la noche en un show televisivo... Porca miseria!!! De nuevo perdí la ocasión! Quizá en otro momento!