Trilogía Las Chicas del Campo

11.01.2018

Autor: Edna O'Brien

Editorial: Debolsillo

Número de páginas: 728.

SIBN: 9788466344722

Valoración: ✰✰✰✰✰

Argumento:

Kate y Baba son dos amigas inseparables que han pasado su infancia en los campos irlandeses forjando sus distintas personalidades. Siempre han anhelado dar un giro a sus vidas y deciden ir a Dublín a probar suerte, donde se darán de bruces con la confusión, el miedo e intercalarán varias pasiones. Marcharán a Londres en busca de matrimonio, madurez y estabilidad pero se encontrarán con la fragilidad de los deseos. Dos chicas buscando su propia libertad cuya historia sacudió la Irlanda de los años 60.

Edna O'Brien debutó en 1960 con la primera parte de esta trilogía "Chicas de Campo" donde nos muestra (cosa que se repetirá a lo largo de toda su obra) mujeres de fuertes personalidades anhelando la independencia en entornos opresivos y hostiles. Esta obra fue prohibida en Irlanda por una Iglesia que se escandalizó de la historia que recrea el oculto retrato de toda una época.

Gooseopinión:

"Quiero irme, pero no me dejan", resume toda la trilogía de "Las Chicas de Campo" que ahora recoge la editorial Debolsillo. Volvemos a encontrarnos con una obra que parece mentira esté escrita hace más de 50 años. la trilogía transciende desde su publicación original en 1960 hasta hoy con la misma profundidad y vigencia.

Nos hallamos ante una historia que trata de lo humano, de la amistad, de la perspectiva femenina del mundo, con sus trabas y por qué no, también con sus momentos de esplendor.

Estas dos amigas han compartido todo desde la infancia, con esa sensación de plenitud que comporta el hecho de avanzar por un camino de la vida ajeno a lo artificial, colmado por las sensaciones primarias del ser humano en un entorno básico como la campiña irlandesa, un terruño que les resulta opresivo pero que también consigue esa sensación de necesaria integración de dos almas hacia la supervivencia.

Estamos ante una obra posiblemente autobiográfica (no cabe duda, ya que las memorias de la autora, publicadas por "Errata Naturae" en marzo de 2018 tienen justo el título de "Chica de campo").

Nos muestra el catolicismo oscuro imperante en Irlanda y cómo no se asumió nada bien la feroz crítica desde lo literario, desde las imágenes y los símbolos.

Se nota en todo momento una necesidad de escapar de ese presidio a campo abierto. Ellas, como mujeres, aprovecharon el soporte mutuo para buscar nuevos horizontes más allá de los interminables días de recogimiento en la patria más profunda irlandesa.

Dublín tampoco fue la tierra prometida que se imaginaban mientras contemplaban las puestas de sol de la campiña irlandesa. Fue cuando llegaron a Londres donde encontraron principios de libertad, aunque sus matrimonios, años después, fueron debilitando similar sensación de desencanto respecto a su rol como mujeres casadas.

El mundo es un libro cerrado para ambas, un argumento de sus vidas trazado en líneas marcadas sin notas marginales ni borrador alguno. Ninguna de las dos renunciará a enfrentarse a la vida con todas sus aristas. Disfrutarán del amor y de sus pasiones, asumirán el dolor como parte de una lucha hacia la liberación... Ya en su madurez se sabrán dispuestas a emprender cualquier nueva vida alternativa. El matrimonio, los hijos, la desquiciante sensación de que la voluntad del ser es cautiva de la consideración de lo femenino como algo subsidiario.

La trilogía es un ciclo cerrado: nacimiento a la vida, que es tanto como decir el final de la infancia, reclamo de vivir o búsqueda de la felicidad y tortura o adaptación a una sociedad enferma, para terminar con la muerte o con algo peor que la muerte. Las dos primeras partes -"las chicas del campo" y "la chica de ojos verdes" - están narradas por una de las dos protagonistas, mientras que en "chicas felizmente casadas" se alterna el narrador con la voz de Baba, la que se adapta, la que exprime, la que no piensa en la vida como un proyecto estético. Pero sigue sobrevolada por la suerte que ha corrido Kate.

Literatura a raudales con intención reivindicativa en una novela triste. Una historia rebosante de humanidad, de auténtica amistad y de personajes absolutamente cautivadores.